Carlos Vela y Antoine Girezmann, una dupla que ilusionó y alegró durante 3 años a la afición de la Real Sociedad, compañeros de equipo que formaron un letal ataque y que al mismo tiempo una sólida amistad; el fútbol los llevó por caminos separados, y los contrastes de la vida son muy notorios, ambos triunfan en sus respectivos equipos, pero la diferencia es abismal.

En España ambos se complementaban, Vela el generador y el francés como el definidor, y a partir de ahí Anoeta empezó a soñar. Eventualmente Griezmann se marchó al Atlético de Madrid. Carlos Vela se quedó como el gran referente del cuadro vasco, pero siempre existía el rumor de que el galo pedía el fichaje del mexicano al Atleti, pero nunca llegó.

Cuando se dio a conocer  que Carlos Vela había fichado por LAFC de la MLS las críticas llovieron: ¿Cómo es posible que alguien con el talento y la capacidad de Vela se vaya a una liga de baja exigencia, cuando claramente podría estar 3, 4 años más en un equipo de élite en Europa? Mientras Vela tiene éxito en Los Ángeles, Griezmann fichó con el FC Barcelona y es campeón del mundo.

El originario de Cancún ha demostrado tener la habilidad, misma que puso su nombre en el radar del Barça. Un hombre que marca la diferencia en la cancha; con el LAFC ha tenido actuaciones brillantes, y que en los clásicos contra el Galaxy de Zlatan, siempre responde, teniendo una “rivalidad” digna con el sueco. 

Vela simplemente no quiso destacar más, no quiso esforzarse y competir por un lugar en un equipo de mayor envergadura en el viejo continente, prefirió la comodidad de la MLS y estar más cerca de sus otras pasiones como la NBA. Él triunfa a su manera, y es válido porque está donde le apetece estar, que al final de cuentas, de eso se trata la vida, ser feliz a tu manera, pero la pregunta permanecerá, ¿hasta dónde hubiera podido llegar Vela si se hubiera comprometido?

Por Diego de la Vega. 

@diegodelavm5