Se esfuma un grande…
Sin alma ni corazón, Chivas es goleado en casa ante Puebla
Obligados a sumar y con la ausencia de su jugador más importante, así se presentó Guadalajara ante su afición para la visita del Puebla. Además, contando con la presentación de Tomás Boy como estratega rojiblanco en el Estadio Akron.
La novedad en el campo, fue Jesús Molina, quien a pesar del poco tiempo formando parte del club, el contención portó el gafete de capitán por primera ocasión.
Con la ausencia de Isaac Brizuela por suspensión, Gael Sandoval tomó su lugar por la banda derecha y a pesar de ya estar recuperado, Jair Pereira no salió como titular, repitiendo Hedgardo Marín en el once inicial.
Guadalajara inició con buen ritmo, siendo insistente al ataque y buscando desde el primer minuto ser protagonista del encuentro. La primera oportunidad llegó en una gran jugada entre Eduardo López y Alexis Vega, el 10 rojiblanco se encaminó sólo hacia el marco tras una pared con el mexiquense, sin embargo, una barrida defensiva precipitó a «Chofis» y su disparo salió apenas por encima del arco.
Los dirigidos por Tomás Boy siguieron insistiendo, con disparos de Alan Pulido y el mismo Alexis Vega, pero ninguno encontró la fortuna del gol. Tuvo que ser un autogol el trampolín que le diera la ventaja a las Chivas, en un tiro de esquina, precedido de un mal despeje poblano, el esférico ingresó a las redes, rompiendo el cero en Zapopan.
El inmueble rojiblanco, que presentó una entrada aceptable a pesar del mal momento del conjunto local, se ilusionó con el resultado parcial, pero los enfranjados destaparon el estuche de sorpresas, gracias a las oportunas intervenciones de Bryan Ángulo, quien logró hacerse presente en el marcador con un doblete en el primer tiempo, ambos goles con similitudes.
El primero, tras un rechace defensivo en un tiro de esquina, el cual le quedó al lateral visitante y sin pensarlo dos veces, disparó razo al segundo poste de Raúl Gudiño, quien a pesar de desviar el esférico, la potencia terminó por llevar el balón dentro de la cabaña rojiblanca. El segundo, con un recentro al corazón del área y concluyendo de igual forma la jugada, revirtiendo el marcador y cambiando drásticamente el ambiente de la grada.
Así se fue al descanso el encuentro, en medio de abucheos y reclamos, con un Chivas displicente y desahuciado.
Para el segundo tiempo, el cotejo sufrió un drástico cambio, hablando con la actitud moral del Guadalajara. Algunos jugadores dejando el alma y las ganas de exigirse dentro del vestidor.
Cuando los locales buscaban con ansias el empate que los metiera al partido, pero Hedgardo Marín se encargó de liquidar esas esperanzas.
En un despeje largo, por una razón inedita, el central dejó pasar el esférico, situación que aprovechó Matías Alustiza para enfilarse al arco y definir sin problema alguno a la salida de Gudiño, marcando el tercero y dictando sentencia de muerte al chiverio.
Posteriormente, en algo que llegó a tener destellos de «cáscara», Cavallini marcó el cuarto, sin embargo, tras consultarlo en la herramienta del VAR, el árbitro central anuló el gol, argumentando un contacto en el brinco del delantero canadiense. Decisión polémica que terminó por no convertir el resultado en una goleada de escándalo.
Ahora, a expensas de lo que ocurra en Torreón, Chivas podría iniciar la semana como último lugar en la tabla de cociente.
Abucheos, reclamos y cánticos en contra de jugadores y directiva despidieron al Guadalajara de su cancha, despidiéndose de liguilla y entrando de lleno al tema del cociente.