Valverde, vete ya
En el fútbol, como en la vida misma, lo más importante son las “formas”. Ayer, el Barcelona se murió DE NADA.
Exceso de confianza, soberbia, incapacidad de reacción y actitud pasiva fue lo que demostró el conjunto catalán. Ernesto Valverde traicionó la filosofía del club OTRA VEZ, al bajar los brazos, no ir por más, conformarse y aguardar; pese a que mando un buen once inicial, su apatía y falta de coraje contagió al club, su incapacidad de reacción, su falta de imaginación y sin variantes, llevó al equipo a cambiar de un 4-3-3 a un 4-4-2, con lo que, por supuesto traicionó al ADN blaugrana y de olvidó del balón, dándole al Liverpool las armas para atacar.
Valverde es un tipo “tibio”, tímido, temeroso, calmado, pasivo, sin actitud, sin confianza, que no se atreve a experimentar, que le tiene miedo a probar nuevas cosas, que va a “lo seguro” y conocido, por eso mismo repitió su alineación durante toda la temporada, solo con unas variantes, por lo que no le dio mucha rotación a su equipo, incluso le dio miedo “apostar” por canteranos, traicionando UNA VEZ MÁS la filosofía del club.
El Barcelona necesita un técnico con coraje, con idea, con ambición, que grite, que mueva, que regañe, que se enoje, que contagie a sus jugadores, que los convenza, que experimente, que renueve su fútbol, y sobre todo que sea fiel a su estilo, que defienda y pregone la tradicional filosofía de juego del club. Lo que el Barcelona necesita es un entrenador con el carácter de como Josep Guardiola y Luis Enrique, porque la del el “Txingurri” es una personalidad totalmente contraria.
El Barça de Ernesto Valverde es una FALACIA del fútbol, gana pero no gusta, no convence. Poderoso en La Liga, pero frágil y vulnerable en la Champions League. Por SEGUNDO AÑO CONSECUTIVO lo han eliminado del torneo REMONTANDOLE un marcador favorable de 3 goles. Se le agradece su primer año, donde le dio otra cara y revolucionó al equipo, pero tras Roma, todo cambió. Su ciclo en Barcelona ya acabó.
A Valverde le queda un año más de contrato pero tras DOS ROTUNDOS FRACASOS, si la directiva no lo decide, él, Ernesto, por vergüenza, debería presentar su renuncia: “Señores, no soy el entrenador que el Barça necesita, no tengo la capacidad, por eso me hago a un lado”.
- Por Diego de la Vega.
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