¡Bonita pachanga es la que se carga el ámbito futbolístico Mexicano! Ya me pueden reclamar que siga empecinado en encontrarle el negrito al arroz, pero es que a veces parece más que hay que buscar un arrocito en los frijoles.

Primero lo bueno

El Tri del Tata hizo la tarea en su debut en la Copa de Oro como era de esperarse, y es que, sin afán de menospreciar a la selección Cubana, cualquier resultado diferente a una goleada hubiera encendido las alarmas.

Con eso y todo, Martino sigue dando de qué hablar, positivamente según yo, pues nuevamente ha alzado la voz ante los medios para mandar un mensaje a los dueños del balompié Mexicano con un claro mensaje: si queremos que el tricolor cobre relevancia en el mundo, es necesario salir de nuestra zona de confort buscando mejores rivales en canchas complicadas (y no a modo como en EUA donde regularmente somos locales), pero a la vez que sean propicias para cuidar la salud de los futbolistas.

Varios ex técnicos dicen haberlo intentado en el pasado sin éxito – porque el billete manda – así que la experiencia nos dice que el Argentino podría tener poco éxito, pero no perdamos la esperanza ya que se apostó muy fuerte para traer al estratega Rosarino además de tener una nueva cabeza en la FEMEXFUT, así que, soñemos que es gratis.

Luego lo ridículo

Después de que los Tiburones de Veracruz pagaran sus respectivos $120 millones de pesos para comprar su paquete “Sigue en 1ra” en una polémica posibilidad que sólo nuestra gloriosa liga otorga, resulta que el tiro podría salirles por la culata, y es que para juntar su cuotita don Fidel Kuri tuvo que echar mano de donde fuera, aparentemente hasta de las nóminas, porque resulta que hay atrasos con el plantel, al grado que los jugadores no se están presentando a entrenar.

La posibilidad de que los escualos pierdan la categoría vuelve a saltar, no sólo por no tener al recurso fundamental de cualquier equipo de fútbol, nada menos que los futbolistas, sino también porque el reglamento de la Liga indica que un equipo con este tipo de adeudos no podrá participar en el torneo, y es una bonita idea pues haría pensar que se respetan los derechos laborales de los jugadores, pero todos sabemos que Bonilla y sus agremiados encontrarán cómo darle otra lectura a la regla y seguramente los jarochos verán una prórroga sobre otra para que el negocio siga intacto.

Luego lo triste

Y hablando de ideas bonitas, el día de hoy se concretó un nuevo golpe al romanticismo cuando uno de los referentes Americanistas de los últimos tiempos salió del nido con un rebaño como destino final. El “hermoso” Peralta se ha convertido en una horrible noticia, porque aún dejando de lado mi camiseta azulcrema, resulta muy triste que un emblema cruce la calle y se vaya a la puerta de enfrente.

Me queda muy claro que no es el primer caso y dudo que sea el último, pero no deja de ser triste darnos cuenta (una vez más) que la lealtad a los colores es casi exclusiva del aficionado, pero cada vez menos del futbolista. También entiendo que Oribe ni es canterano Águila, que siempre se sintió Santista y que tenía poca cabida en el cuadro de Miguel Herrera para la próxima temporada; sin embargo, sigo sin digerir la poca identidad que hoy se vive.

Al respecto me permito retransmitirles mi tuit dirigido al cepillo (que seguramente le valió madre): “De un fan Ame: No se te puede reclamar nada en tu paso por América, diste todo en cada oportunidad y fuiste ejemplo de entrega y profesionalismo. La pregunta es ineludible, parte de un romanticismo que ya sólo existe en la afición: por qué Chivas? Sin resentimientos, suerte”.

Oribe llegará a Guadalajara gratis pues el arreglo consiste en que el rebaño absorbe el sueldo del jugador, América baja de forma importante su nómina y Peralta aspira a cerrar su carrera con más minutos, todos ganan menos la afición, al menos hasta que ruede el balón.

Y el Cepillo llega pero yo me voy, no sin antes recordarles que permanezcan informados en deportivista.mx y que me sigan en @zonadefucho para seguir platicando de cosas de la patada… como nuestro fútbol mexicano.