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Chivas debe actuar sin temor, si busca salir de su crisis

Un año después de tocar la gloria y ver a Chivas siendo campeón de todo, las decisiones que se tomaron a la interna del club terminaron por nublar un futuro prometedor e histórico. Se le puso fin a una época dorada y que hacía mucho tiempo no se veía en el Guadalajara.

A diferencia de muchos, quienes crucifican a jugadores únicamente por ganar seguidores y likes, la realidad es que hoy en día, pocos son los que sobran en la institución rojiblanca.

Mantener y fortalecer es algo que parece sencillo, pero en momentos guiados por la calentura personal, se terminan por tomar medidas radicales a pesar de ser dañinas para un rendimiento óptimo.

Criticar al delantero que no logra marcar goles es algo fácil, de novatos por llamarlo de alguna manera, pero al indagar en el ¿por que? Podríamos encontrar las respuestas al cuestionamiemto sobre la incapacidad de anotar. Alan Pulido llegó con esa etiqueta al redil, la obligación de ser el referente de ataque, sin embargo, cualquier delantero necesita un compañero, alguien que le surta de oportunidades frente al marco y eso, en Chivas, desde Pizarro no se ve.

Es fácil liquidar un portero, pero no olvidemos que es la última línea antes del gol. En el fútbol, encontramos muchas historias, de guardametas promedio, brillando en sus clubes gracias al poderío defensivo que tenían frente a ellos.

Hoy Chivas no tiene marcha atrás, el destino en estos momentos tiene destellos lúgubres. Último lugar del cociente, cuatro torneos sin liguilla y con la ausencia de gol aunado a la exagerada cantidad de anotaciones permitidas, Guadalajara no puede bajar los brazos.

¿Las claves? Los rojiblancos, desde mi óptica, necesitan alguien que sea capaz de generar peligro de manera individual, un jugador con visión ofensiva y facilidad al asistir, pues los delanteros que tiene Chivas son de buena calidad. Además, un cimiento defensivo, que apoye a Hiram Mier ante las ausencias de Jair Pereira por lesión, las cuales son constantes. Laterales, uno por banda, para elevar la competencia interna y exigir a los ahora titulares rendir al máximo. Finalmente, un estratega capaz de levantar el poderío y el arraigo histórico de un club grande como el chiverio.