Por: Eduardo Aguilar

Esas especulaciones respecto al futuro de la liga mexicana han terminado, así como la misma: en una asamblea entre los directivos de la competencia se ha decidido dar por concluido el Clausura 2020 sin otorgar el campeonato a ningún equipo, se había manejado darle el título al Cruz Azul, sin embargo, nadie quería esta opción, más que algunos aficionados del cuadro celeste; si algo es cierto, es que la situación se pone cada vez más gris.

Primero, por la incertidumbre respecto a la salud de la sociedad, pues a pesar de que las voces de las autoridades han manifestado “control”, este tipo de acciones reflejan que no existe del todo. Así también, la irresponsabilidad de algunos puede representar un enorme riesgo para otros.

Segundo, el fútbol tiene una función social demasiado importante, la cual pocas veces nos detenemos a pensar: este bello deporte funciona como un espectáculo, algo que entretiene y fortalece las relaciones sociales entre los aficionados, pero sobretodo, distrae a la sociedad de situaciones desafortunadas, esto no quiere decir olvido o desinhibirse, creo que todos tenemos derecho a “darnos un respiro”; sin embargo, el contexto y la problemática hoy le han ganado a esta idea del deporte como bien social; pero siempre hay que tener en mente que cualquier personaje involucrado con el deporte, deberá entender que incluso su ámbito “privado” sigue representando el papel de figura pública.

El caso más sonado es el del Club Santos, quien hasta el momento reporta 12 contagiados por el virus del Covid-19, entre ellos, el capitán Jhonatan Orozco, quien  realizó un festejo por su cumpleaños al que según él, solo asistieron 3 personas. ¿Alguien lo creyó?

Ya ofreció disculpas por no acatar las medidas de salud correspondientes, pero a eso me refiero cuando uno es consciente de su papel como figura pública: imaginemos, qué pensará la sociedad, si un jugador profesional, con solvencia económica, sin la necesidad y con el privilegio de quedarse en casa, no cumple las medidas sanitarias, el pensamiento directo sería; esto realmente no es enserio, si él puede, yo también. Nunca hay que olvidar que un futbolista siempre será alguien a quien seguir. 

El tema principal no es el jugador, es entender la magnitud de tal decisión, sobretodo, porque los clubes harían hasta lo imposible por recuperar algo de las pérdidas millonarias , que representa dicha cancelación (aproximadamente 3,400 millones de pesos, según El Mister); esperemos esto se un mensaje contundente a la gente de que no es cosa de juego, que ni siquiera una de las industrias más ambiciosas y rentables puede continuar, hay que ser cuidadosos, sensatos y responsables en esta pandemia. 

1 pensamiento sobre “La decisión llegó

Los comentarios están cerrados.