Por: Josué Sánchez Nieto

Para quienes vivimos en ciudad Victoria, Tamaulipas, desde que nacemos o llegamos aquí, según sea el caso, empezamos a conocer algo de lo que todos en la ciudad hablan: el Correcaminos, puede hablarse de sus años de gloria en la extinta Primera División de la mano de grandes ídolos del equipo de la UAT o de sus fallidos intentos por ascender en diversas ocasiones.

El caso es que todo victorense respetable, conoce por lo menos lo más básico del Corre; en mi caso, fue durante mi niñez que lo conocí, cuando mi padre me llevaba (a veces a fuerza) al estadio a ver un espectáculo que simple y sencillamente yo no entendía plenamente; conforme fue pasando el tiempo, ese gusto se fue arraigando en mi al grado de que hoy, a pesar de que mi padre ya no me acompaña al estadio, yo sigo asistiendo junto con mis hermanos menores, y estoy seguro que seguiré haciendo con mis hijos y nietos, si Dios me presta la vida suficiente.

Pero de lo que quiero hablarles el día de hoy es de un chico victorense, apasionado del futbol que tenía su hogar en la conocida colonia Nacozari de esta ciudad; hijo de un conocido profesor de boxeo local, con un extraordinario talento para el futbol. A muy corta edad emigró hacia otro estado, donde si se le dio el seguimiento adecuado a su carrera, al grado que llegó a ser figura con ese equipo y con la selección nacional, obviamente estamos hablando de Carlos “el Gullit” Peña.

Recuerdo aquella final de ascenso contra el León (que todavía nos duele, por cierto) en una entrevista previa a los juegos de ida y vuelta, se le cuestionó al Gullit sobre que sentía al enfrentar al equipo de su ciudad natal; y la respuesta, tengo que admitirlo, me hizo odiarlo un poco, palabras más, palabras menos, el dijo que conocía al Correcaminos como un equipo de tradición en el Ascenso, pero que en ninguna manera se sentía identificado con lo que representa ni con los ideales del equipo.

Comprendo plenamente la posición de Carlos en aquella entrevista, él no tenia que quedar bien con nadie en ciudad Victoria, su deber y su identidad se encontraban con el club que le dio la formación y el seguimiento a su carrera, sin embargo, creo que, en ese momento, Carlos mentía…

Para comprobar mi hipótesis, tuvieron que pasar muchos años, muchos clubes, muchos problemas y muchas circunstancias… La historia todos la conocemos, no es necesario recordarla; pero en esta semana, escuché al mismo Carlos Alberto Peña en rueda de prensa, ahora vistiendo los colores de Correcaminos, pero no era el mismo Gullit que habló en aquel lejano 2012, se veía relajado, confiado, tranquilo, agusto… De verdad es evidente que se encuentra disfrutando del futbol nuevamente.

Siendo honesto, me da mucho gusto que Carlos esté superando las adversidades que la vida le puso en frente y que, por fin, asuma el llamado que desde siempre tuvo a ser grande en su tierra, de volverse no solo el Gullit de la gente, sino, el Gullit de Victoria jugando en el Correcaminos de la gente…

Aunque, dicho sea de paso, hay gente en Victoria que sigue siendo OJETE (si, así, con todas sus letras), que no se cansa de recordarle sus errores y reprochárselos en la cara, cuando es evidente que, aunque aún no alcanza su mejor nivel, está mostrando una disposición impresionante para lograrlo y poco a poco se convierte en ese jugador que el equipo necesita.

El pasado viernes pudimos observar a un equipo con mucho oficio, que, si bien es cierto, tuvo desatenciones graves, logró hacer que la gente saliera feliz del MRG por la histórica goleada sobre Leones Negros, con un marcador de 6-2.

Este Corre está regresando a ser el equipo de la gente, del pueblo, de la raza de Victoria, el equipo del que todos nos sentimos parte y me hace recordar tiempos de allá por el 2007 y 2011 donde de verdad había una conexión entre el equipo y la afición.

Es necesario que apoyemos de todas las formas posibles al equipo y también, por que no decirlo, que respaldemos el esfuerzo que está haciendo el Gullit, ahora sí, el Gullit de Victoria, jugando en el equipo de nuestra gente.

Sigue una aduana muy dura, toca visitar Oaxaca con un equipo muy competitivo que en los últimos torneos se ha convertido en una realidad, pero estoy convencido que el resultado se va a dar y traeremos los 4 puntos de regreso a Tamaulipas.

Muchas gracias a quienes se toman la molestia de leer y compartir estas líneas, nos vemos la próxima semana en este mismo espacio.

Como dijera Don Roberto Hernández Jr. (QEPD): Tengan ustedes, muy buenas tardes.