Cruz Azul avanza a semifinales al vencer a Leon

La tensión estaba al límite, los nervios a flor de piel y el ambiente electrificado. Cruz Azul se enfrentaba a su última prueba antes de sellar su pase a las semifinales, y aunque el futbol es impredecible, la Máquina dejó claro que la gloria no se logra por casualidad.
Con un marcador global de 5-3, el equipo de Vicente Sánchez hizo valer su jerarquía, su temple y sobre todo, su mentalidad fría para superar a un León que, a pesar de su esfuerzo, no fue capaz de reponerse ante la frialdad y la contundencia de su rival.
El sueño de la semifinal está vivo, y ahora, con América en el horizonte, Cruz Azul sabe que el verdadero desafío está por venir.
Con goles de Nacho a Rivero al 33’ y un autogol de Rodrigo Echeverria al 66’, la Máquina sonrió y ahora la afición sueña con ese doblete que está latente. Por la Fiera descontó Jhonder Cádiz al 39’.
Pero no todo fue alegría en la nación celeste. Andrés Montaño, el mediocampista que venía ganándose un lugar en el once inicial de Sánchez, salió lastimado de la rodilla izquierda. Su zapato se atoró en el césped y eso provocó su lesión. El carrito de emergencia entró por el jugador y se sabrá este lunes su gravedad.
Desde el silbatazo inicial en Ciudad Universitaria, quedó claro que el equipo celeste no estaba dispuesto a ceder ni un centímetro. Tras haber ganado 2-3 en el Nou Camp, la misión era clara, manejar la ventaja con inteligencia, pero sin relajarse.
Cada jugada, cada pase, cada movimiento era una declaración de intenciones, Cruz Azul estaba ahí para ganar, para imponerse con carácter, sin excusas. A pesar de los momentos de angustia, a pesar de las dudas que surgieron en ciertos tramos del partido, la Máquina nunca perdió la compostura y supo gestionar la eliminatoria como un equipo de los grandes.
El tiempo avanzaba y, aunque los minutos finales estuvieron marcados por la presión de los Esmeraldas, Cruz Azul no cometió errores.
El pitazo final fue una liberación, una explosión de alivio y emoción contenida. Cruz Azul, con todo en su contra, había cumplido el objetivo: clasificar a las semifinales. El abrazo y felicitación de Vicente Sánchez a los suyos, reflejó la unión del equipo.
El camino para la Máquina no termina aquí. La semifinal se avecina, y con ella, la oportunidad de darle un golpe de gracia al torneo. Su próximo rival, nada menos que el América, un equipo con el que siempre han tenido una rivalidad histórica, pero también una oportunidad de oro para demostrar que el título está al alcance. Ya los vencieron en Concacaf y ahora pretenden hacerlo en la liga.